jueves, 9 de abril de 2015

La importancia de cumplir un contrato.

por: Julio A Rojas.
06/04/2015.

La firma es el nombre y apellido, o título, que una persona escribe de su propia mano, su fin es identificar y asegurar o autentificar la identidad de un autor o remitente, y por ende la prueba verídica de integridad y aprobación de la información contenida en el contrato por ambas rubricas, si el tratado es violado el afectado está en su derecho de cancelarlo.

El gerente general de Yokohama Shigeru Tokada comunico a varios reporteros de diversos medios de información en Japón, la cancelación del contrato firmado con el pelotero cubano Yulieski Gourriel. El cual debía de estar en esa tierra el 24 de marzo, la nota informativa en Cuba se escuchó por la radio el lunes 6 de abril en horas de la mañana, como ya es costumbre en estos casos muy breve.

Por la parte nipona un representante viajo a Cuba para confrontar al pelotero y saber el porqué de su demora, retraso justificado por una lesión sufrida en uno de los músculos isquiotibiales, el representante lo supo el 30 de marzo día en que contacto al jugador, al mismo tiempo le plantearon la posibilidad de viajar para valorar el golpe y según el riesgo recuperarse en Cuba, ¿Tendrá mejores recursos y desarrollo la medicina deportiva en la Isla que la japonesa? sin comentarios.

Era de esperarse la decisión enérgica de los japoneses, acostumbrados a cumplir los contratos, para nadie es un secreto que muchos peloteros de otros continentes que han jugado en tierras asiáticas, su calidad y profesionalismo han aumentado, sin dejar de mencionar las jugosas ganancias económicas proporcionadas.

En los casos de Yulieski Gourriel y la FCB (Federación Cubana de Béisbol) han perdido credibilidad he integridad, según declaraciones del pelotero,  el sistema de entrenamiento de los asiáticos en muy fuerte, de una exigencia extrema, lo que justifica que no estaba dispuesto a soportar ese inmenso rigor. Su actitud es reprobable, la FCB tomo cartas en el asunto sí, pero como Poncio Pilatos, lavarse las manos, tienen mayor pecado, lo correcto hubiera sido obligar al pelotero a cumplir con lo pactado, no guardar silencio como los cómplices, si estos son los dirigentes “íntegros y sin manchas” que quedaría para los otros.

Cuando tenía la edad de 20 años, vi una película norteamericana de los años 50,  antes que en la Isla desapareciera la industria cinematográfica por supuesto. No recuerdo el título, pero lo que más me impacto fue el final, el director de un penal le había dado un permiso especial a un convicto condenado a pena capital para que visitara a su madre moribunda en el lecho, y horas antes de la ejecución todavía no se había reportado, faltando media hora para la condena, el alcalde con los guardias se presenta en la celda, y  para mayor sorpresa el reo ya se encontraba, este miro al alcalde y le dijo: Le prometí que vendría sabiendo que voy a morir, puede que su condena fuera justa, pero el director del penal lo recordaría como un hombre íntegro al cumplir su contrato.





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