por: Julio A Rojas.
06/04/2015.
La
firma es el nombre y apellido, o
título, que una persona escribe de su propia mano, su fin es identificar y
asegurar o autentificar la identidad de un autor o remitente, y por ende la
prueba verídica de integridad y aprobación de la información contenida en el
contrato por ambas rubricas, si el tratado es violado el afectado está en su
derecho de cancelarlo.
El
gerente general de Yokohama Shigeru Tokada comunico a varios reporteros de
diversos medios de información en Japón, la cancelación del contrato firmado
con el pelotero cubano Yulieski Gourriel. El cual debía de estar en esa tierra
el 24 de marzo, la nota informativa en Cuba se escuchó por la radio el lunes 6
de abril en horas de la mañana, como ya es costumbre en estos casos muy breve.
Por
la parte nipona un representante viajo a Cuba para confrontar al pelotero y
saber el porqué de su demora, retraso justificado por una lesión sufrida en uno
de los músculos isquiotibiales, el representante lo supo el 30 de marzo día en
que contacto al jugador, al mismo tiempo le plantearon la posibilidad de viajar
para valorar el golpe y según el riesgo recuperarse en Cuba, ¿Tendrá mejores
recursos y desarrollo la medicina deportiva en la Isla que la japonesa? sin
comentarios.
Era
de esperarse la decisión enérgica de los japoneses, acostumbrados a cumplir los
contratos, para nadie es un secreto que muchos peloteros de otros continentes
que han jugado en tierras asiáticas, su calidad y profesionalismo han
aumentado, sin dejar de mencionar las jugosas ganancias económicas
proporcionadas.
En
los casos de Yulieski Gourriel y la FCB (Federación Cubana de Béisbol) han
perdido credibilidad he integridad, según declaraciones del pelotero, el sistema de entrenamiento de los asiáticos
en muy fuerte, de una exigencia extrema, lo que justifica que no estaba dispuesto
a soportar ese inmenso rigor. Su actitud es reprobable, la FCB tomo cartas en el
asunto sí, pero como Poncio Pilatos, lavarse las manos, tienen mayor pecado, lo
correcto hubiera sido obligar al pelotero a cumplir con lo pactado, no guardar
silencio como los cómplices, si estos son los dirigentes “íntegros y sin
manchas” que quedaría para los otros.
Cuando
tenía la edad de 20 años, vi una película norteamericana de los años 50, antes que en la Isla desapareciera la
industria cinematográfica por supuesto. No recuerdo el título, pero lo que más
me impacto fue el final, el director de un penal le había dado un permiso
especial a un convicto condenado a pena capital para que visitara a su madre
moribunda en el lecho, y horas antes de la ejecución todavía no se había reportado,
faltando media hora para la condena, el alcalde con los guardias se presenta en
la celda, y para mayor sorpresa el reo
ya se encontraba, este miro al alcalde y le dijo: Le prometí que vendría
sabiendo que voy a morir, puede que su condena fuera justa, pero el director
del penal lo recordaría como un hombre íntegro al cumplir su contrato.
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