miércoles, 25 de enero de 2012

Una vez mas

Por Luis Guardia
23/1/2012.

La historia se repite, el régimen asesina e intenta pasar de victimario a víctima, una vez más, como tantas y tantas otras, trata de "convertir los reveses en victorias", retoma la retoricacastrista y vocifera, "…condena enérgicamente las burdas manipulaciones de nuestros enemigos", en este comunicado oficialista, pretende responder a las decenas de condenas por el trágicoasesinato de Wilman Villar Mendoza, su más reciente víctima.

Una vez más, el totalitarismo imperante en la Isla no reconoce a quienes por sus ideas políticas guardan prisión en las mazmorras del régimen, y los califica de "reclusos comunes". Vale la pena recordar que quienes hoy desgobiernan la mayor de las Antillas llegaron al poder poniendo bombas en los cines, sembrando el terror y siempre fueron reconocidos como presos políticos, aún cuando la magnitud de los hechos cometidos los convertían, de por sí, en simples terroristas o asesinos.

Casualmente esta mañana revisando la prensa castrista encontré un artículo en el que "se jactan" de la victoria en el combate de "Llanos del infierno", el mismo combate en el cual Ernesto Guevara, hace 55 años, admite haber matado al primer hombre y le comunica a su ex esposa, la peruana Hilda Gadea, "estoy vivo y sediento de sangre".

Una vez más, es imposible olvidar, es imposible dejar de mencionar a los ciento de jóvenes que dejaron sus mejores días ante un pelotón de fusilamiento, con la frente en alto gritando "viva Cristo rey", una vez más, mi reconocimiento a esas decenas de miles de hombres y mujeres, herederos de la tradiciones mambisas, integrantes del histórico y presente presidio político cubano, una vez más el mundo tiene que despertar y condenar el asesinato de Wilman Villar Mendoza.

Una vez más, y a propósito de la visita del sumo pontífice a la Isla, la iglesia tiene que tomar su papel, ayudar al necesitado, al pueblo cubano y no manchar su nombre o su diestra al estrecharla con la de un asesino. Una vez más, santo padre, recuerde que la mano de quien lo recibirá en Cuba está manchada con la sangre de miles de hombres, asesinados por defender la misma fe que usted profesa. Imprimir Pagina

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